
De todos es conocido el desparpajo y profesionalidad de Álvaro Ojeda. Seductor, mesurado y ultraderechista, el reportero ha logrado ganarse el cariño del público en cada una de sus intervenciones televisivas.
Este carisma, piedra angular de su encanto, sin embargo se tornó espada de Damocles el pasado jueves cuando un individuo se hizo pasar por él en un conocido restaurante de Zafra (Badajoz), con el avieso objetivo de dejarse invitar.
«Supongo que os enrollaréis y me invitaréis, ¿no? A ver si resulta que he comido en un bar de podemitas y os pongo en Trip Advisor una vela negra», dijo el aspirante a imitador tras despacharse una copiosa comida.
Se da la circunstancia de que el restaurante estaba regentado por el único ser humano del planeta a quien Ojeda no cae bien. Al descubrir el engaño, el propietario decidió cobrarle el doble en concepto de falsificación de persona, morosidad y porque sí. El montante de la comida asciendió a 431,80 euros.
El usurpador fue expulsado del local en compañía del Agustín, un respetado guardia civil local.