
De la constante diatriba entre el gobierno de turno y los independentistas ha surgido una derivada que al habitante español no catalán le ha beneficiado. Y es que las constantes noticias y declaraciones de políticos en catalán han acostumbrado el oído hasta al oyente de la COPE más «constitucionalista». Así, una comparecencia del «molt honorapla» Pere Aragonés en el idioma de Ramón Llull apenas precisaría de traductor para comprender los delicados matices de sus reclamaciones soberanistas.
Atrás quedan los días en que, por ejemplo un manchego limitaba su conocimiento del idioma payés al «chisplau», «Espanya ens roba» y poco más. Sin embargo «hoy día cualquier español puede mantener una conversación de nivel C2 2 «proficiency» con la Mari de la Barceloneta amb mès absoluta normalitat», declara Muntsarrat Montaner, directora del Institut de les Lletres «Josep Guardiola».
El conocimiento de esta lengua vernácula abriría, por tanto, las puertas al hispanohablante ibérico no sólo en Cataluña, sino en casi toda la Comunidad Valenciana, Baleares, Andorra, Fraga y un municipio de Francia. También sería tremendamente útil para comprender en Twitter a esa gente que de repente responde en catalán cuando la conversación lleva siendo en castellano muchos mensajes.
Sin embargo, aún siguen produciéndose situaciones incómodas, como cuando un catalanoparlante pregunta algo en su idioma fuera de Cataluña y no se hace el esfuerzo por comprender. «Falta empatía. Habéis avançat molt, pero el español medio aún tiene mucho camino que recorrer«, concluye Montaner.