
“En un principio pensamos que era una inocentada o algo así”, ha declarado Fulgencio Seisdedos , operario del matadero quién-atónito- asistió a una clase de funciones polinómicas mientras evisceraba una res. La clase fue impartida por Ildefonso Ruidiaz, interino de la Consejería de Educación de Castilla-León quién, en un estado de trance y sin lograr ubicarse en el espacio, acabó por perder el conocimiento.
Tras el auxilio de los operarios municipales, Ildefonso fue trasladado al Hospital de Burgos donde permanece en coma inducido. Según fuentes hospitalarias, el docente ingresó en un estado de desorientación total, demacrado y con síntomas de inanición y deshidratación, «preguntando por la fotocopiadora«. La consejería de Educación de Castilla-León no ha querido hacer declaraciones, limitándose a asegurar que “lo importante es que los niños no pierdan clase”.
Los padres de Ildefonso, de veinticinco años, aseguran que llevan más de tres meses sin ver a su hijo, que encadenaba sustituciones de dos o tres días por todo el páramo castellano. Según sus progenitores “se lo había tomado demasiado a pecho, iba malcomido y sin dormir” y- sin conocer demasiado bien la geografía- se guiaba únicamente con el GPS del coche. “Ya le dije yo que se hiciese fontanero, como su hermano”, concluye su apenado padre.
Los trabajadores del matadero a fin de ayudar en “lo que buenamente puedan” le han hecho llegar una cinta de lomo y una cazuela de callos.