
La inconmensurable figura José Luis Perales ha vuelto a estar de actualidad al conocerse que el régimen norcoreano ha estado utilizando su producción artística como instrumento de tortura psicológica y represión. Los disidentes que han logrado evadirse del hermético estado totalitario han referido a esta redacción que una de las técnicas de tortura más recurrentes y brutales consiste en confinarles maniatados en una habitación en la que se reproduce en bucle su conocido hit “Un velero llamado libertad”.
“Los disidentes que consiguen escapar de las garras de Kim Jong Un llegan en estado de shock” – afirma Heliodoro Mancisidor , responsable de la ONG ultraconservadora “Turolenses por Corea”-pero cuál fue nuestra sorpresa al comprobar que todos tarareaban de forma exclusivamente fonética la famosa canción, como un mantra”. No podía ser una coincidencia: cuando volvieron a escucharla muchos intentaron autolesionarse e incluso quitarse la vida.
La SGAE afirma que, de tener que pagar derechos de autor la deuda exterior norcoreana se triplicaría. Además ha trascendido que José Luis Perales es considerado “ciudadano ejemplar” y compendio de todas las virtudes norcoreanas. El disidente Hyeonseo Kao-Kao nos describe que fue detenido por peinarse de forma no reglamentaria y no llevar una foto del amado líder junto con la de su señora en la cartera por lo que fue sometido a la audición forzada durante tres días de forma que cuando “se marchó, a su barco le llamó Libertad y en el cielo descubrió gaviotas”. Seguiremos informando.