
«Se ha sacado de contexto. Yo estaba yendo a misa, cómo hago siempre los 20 de noviembre, aniversario de la muerte de Franco, en Granada, y eso lo sabe bien la gente que me conoce«, se excusa el dirigente del PP expone a la prensa, que cree que su gesto habría sido entendido en 1975. El asunto no ha parado de traer cola desde el pasado sábado.
El equipo de Casado cree que todo es un complot orquestado por el sector más cercano a Isabel Díaz Ayuso quién, a través de la telequinesia, condicionó la voluntad y los pasos de Casado hasta uno de los templos donde se oficiaba una misa en honor del dictador.
Casado no tiene planeado dar nada niguna explicación más hasta que haya otro congreso regional del PP, en el que hablará con metáforas e indirectas de los problemas del partido.