
«Cantabria está preparada para acoger al equivalente de toda la población de Bangla Desh si hace falta«. Así de categórico se muestra Miguel Ángel Revilla ante las buenas previsiones del turismo en la inmensidad de la comunidad que preside.
Si el año pasado afirmó que la pequeña región norteña llegó a albergar a 1.300.000 visitantes en agosto, este año las previsiones indican que esa cifra -«en el peor de los casos» se centuplicará. Y todo eso en poco más de 5.000 km².
De cumplirse estos indicadores, Cantabria se beneficiaría del dinero dejado por los turistas en bares y hoteles, lo que asegura la ausencia de quejas por parte de este sector en lo que queda de año. La industria, por su parte, tendrá que desmantelar provisionalmente fábricas y polígonos industriales para dejar espacio a chiringuitos y parques de la naturaleza, que es lo que viene buscando el turista.
A este respecto, Revilla espera que de entre esos turistas alguno sea una atractiva osa parda, deseosa de aparearse con Furaco, el plantígrado alfa del parque de Cabárceno (ver vídeo al final).
De los más de ciento sesenta millones de visitantes, se espera que ciento diez sean vascos, seguidos de treinta millones de madrileños que vienen «buscando fresquito y confraternizar con provincias».