El curso académico comienza con novedades. La más notable es el regreso de las actividades extraescolares, que durante la pandemia habían sido suprimidas. Gracias a su reimplantación, muchas familias podrán volver a deshacerse de sus hijos, tras el engorroso trámite veraniego ejerciendo como padres, madres o tutores.
«La posibilidad de dejar a los hijos durante 18 horas diarias en el centro escolar permite a las familias conciliar vida laborar, familia y cañas», afirma Marina Dors Lombó, consejera de Educación de Cantabria.»

Un ejemplo es el colegio concertado Monseñor Richelieu, que tras el horario escolar oferta 13.400 plazas en diversos talleres y actividades deportivas (robótica, reciclaje, macramé…), pudiendo dar la opción de dejar a los hijos empeñados, o incluso ceder la patria potestad al director del centro educativo.
La Asociación de Madres y Padres de Alumners ha acogido la medida con satisfacción pero considera que «aún hay margen de mejora«, ya que durante los seis meses de vacaciones que tienen los maestros no han tenido a sus hijos dando po´l saco en casa.