
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, acompañado de su esposa, se ha vestido con la indumentaria tradicional indonesia durante la cena de gala balinesa celebrada durante la primera jornada de la cumbre del G20 en Indonesia. Se trata de una osada y colorida vestimenta que no ha pasado desapercibida para nadie. Tampoco para su mayo oponente estético, Justin Trudeau.
El mandatario canadiense enrojeció de ira y celos a partes iguales cuando descubrió que la camisa de flores de Sánchez no hacía sino magnificar sus rasgos apolíneos y su apostura de galán. Y es que cada vez que ambos gobernantes se encuentran, la política y la economía quedan en segundo plano para convertir la cita en un torneo en honor a Afrodita, la diosa de la belleza.
No cabe duda del magnetismo de Justin, con su cara de yerno perfecto y su metro y pico de envergadura. Sin embargo, la población indonesia al completo, en un improvisado referendum, decidió que el presidente español, por decimoséptima vez consecutiva, vuelve a ganar el concurso de belleza del siglo.
«¡Marca España, presi!», se oyó gritar de alegría a Reyes Maroto, recientemente designada a dedo para representar a Madrid en las elecciones madrileñas.
Dicen las malas lenguas que Trudeau no es tan guapo, y que lo que ocurre es que se rodea de jefes de Estado feos y contrahechos, lo que pude ocasionarle un relajamiento en su preparación cosmética.
Por su parte, el flamante primer ministro británico Rishi Sunak, quedó en un meritorio tercer puesto, aunque obviamente muy alejado de los dos colosos estetas.
