
Un millón de personas se manifestaron este lunes en Barcelona con motivo de la Diada, según datos de la Guardia Urbana (ciento cuatro según la delegación de Gobierno).
La concentración exigía, entre muchas demandas, la inclusión de «castells» dentro del programa de pruebas de «El Grand Prix». La arriesgada prueba acrobática catalana en la que un menor trepa sin riesgo alguno por una torre humana de varios pisos ya ha sido incluida como patrimonio intangible de la humanidad, y ahora desea gozar del cariño de todos los españoles si se llega a un acuerdo con TVE.
«Me parece precioso, siempre y cuando al niño se le ponga una capa española, por si se cae, poder planear; maridaje perfecto entre ambas culturas«, opinó Ramón García, conductor y director del veterano programa que este verano volvió a las pantallas de televisión. Las palabras del veterano presentador no han gustado dentro de la Assemblea Nacional Catalana, pues al referirse al niño como niño en vez de «nen» se hiere la sensibilidad de la nación catalana de manera irreparable.
La Diada también quiso rendir un sentido homenaje a María Teresa Campos, o como se la conoce en Cataluña, «la Campos».