Ha llegado el día que muchos anhelaban. Por primera vez en diecisiete siglos desde el papado de Eutiquiano (SIII) la Santa Sede ha aceptado un matrimonio mixto. Recordemos que en aquel entonces la autorización papal sirvió para legalizar a los ojos de Dios el matrimonio de su hijo Renato I de Sicilia con un campesino de Burgos quien , al ir siempre completamente rasurado, fue tomado –comprensiblemente-por una mujer.

Siglos de sinsabores y actos de fe hasta que por fin el Departamento de I+D del Vaticano ha admitido a trámite la solicitud de matrimonio entre el ganadero de La Roda (Albacete) Gaspar Trasobares y la vaca merina Antonia, señora de Trasobares. La decisión no ha estado exenta de discusión, pero según representantes del clero, “ha triunfado el amor”. Los habitantes de este bello pueblo manchego ya estaban acostumbrados a la larga relación de Gaspar y Antonia. Según la dueña de la mercería (que no quiere dar su nombre) la pareja : “lleva saliendo desde hace diecisiete años, al principio a escondidas, pero luego abiertamente”. En La Roda ya lo asumían con normalidad y eran aceptados como una pareja más .
Gaspar, devoto católico, jamás consideró el matrimonio civil como una opción a pesar que el alcalde de la población Juan Ramón Amores se lo ofreció repetidamente. Al tiempo que se zampa un miguelito, Gaspar aclara que se negó: “hay que hacer las cosas como Dios manda. Huelga decir que yo a la Antonia no la he tocado ni un pelo en estos años; ambos hemos practicado la abstinencia pues renegamos del concubinato”.