
Si hay un grupo de la población concienciado con la salud es el de los fumadores. Según un estudio estadístico, el 104% de este colectivo es reticente a eliminar este elemento de su vida cotidiana. Éste arroja una conclusión clara: para ellos es mejor prevenir que curar.
«Quien sabe qué lleva el oxígeno ese, que lo mismo le han puesto el chip 5G«, afirma Mercedes Benz, fumadora desde los ocho años y, desde que llegó la pandemia, poseedora de un miedo atroz a contagiarse de COVID. «Me pone nerviosísimo ver a la gente salir a correr sin mascarilla, exponiendo su aparato cardiorespiratorio a una ampliación de la superficie alveolar y por ende pulmonar«, declara con voz temblorosa pero grave otro encuestado fumador.
Desde que la semana pasada se eliminara la obligatoriedad del uso de mascarillas en interiores son muchas las personas que únicamente se la quitan para fumar, de donde se podría deducir que el peligro está ahí fuera, en el aire.