Tras comprobar que Myanmar es el antiguo nombre de Birmania y no el de una herboristería de provincias, el ejecutivo de Pedro Sánchez se ha apresurado a condenar el golpe de estado que ha tenido lugar en este bello país, no sin antes cerciorarse de dónde se encontraba en el mapa. “Lo buscamos en el atlas y no venía nada por Myanmar así que pensamos que era una broma, pero luego buscamos en la Wikipedia y ahí te viene todo”, declara en exclusiva a esta redacción el agregado de exteriores Lorenzo Penco.

Según el señor Penco desde Exteriores se han seguido todos los protocolos necesarios para condenar enérgicamente, como que el país en cuestión este lejos y – más importante- contar con la autorización de Estados Unidos: “llamamos a eso de las 11 de la noche, para pillarles almorzados y desde Washington nos dijeron que hiciésemos lo que nos diera la gana, que andaban muy liados”.
A pesar de la contundente condena española el directorio militar birmano que se ha hecho con el poder ha seguido con su agenda golpista. El general Min Aung Hlain ha querido ser conciliador y asegura que “la democracia aquí no gusta, la gente se ve rara, así que de momento la vamos a guardar nosotros”. El propio dirigente golpista asegura que considera la democracia española como “un modelo en el que mirarse, especialmente tras su actuación con el referéndum catalán” y además – asegura entre carcajadas- también está dispuesto a condenar el golpe de estado de 1936 y el del 23-F.