La pandemia impedirá que el 8 de marzo, las tradicionales manifestaciones por el Día de la Mujer Trabajadora no se realicen en la mayoría de las comunidades autónomas. La prudencia y las medidas sanitarias aconsejan que las aglomeraciones se eviten, para no acelerar la inevitable cuarta ola.

Sin embargo una vez más Madrid va por libre al autorizar dichas manifestaciones, aunque con matices. Así, el recorrido se hará por barrios periféricos de la ciudad y en tramos de decenas de metros, preferentemente en los entornos de las iglesias parroquiales. La presidenta, Isabel Díaz Ayuso, a instancias de Rocío Monasterio (VOX), a accedido a la celebración de las marchas siempre y cuando las mujeres sean acompañadas por el hombre, y sus cabezas se cubran por un pañuelo. Quedaría a opción del cabeza de familia el llevar un transistor pegado a la oreja.
Un comentario
Siempre me provocan una sonrisa vuestras geniales publicaciones. Saludos cordiales.