
Esta mañana Alberto Luceño y Luis Medina se han personado en los juzgados de la plaza de Castilla de Madrid en calidad de acusados por estafa y trile. Ambos acudían a declarar tras haber engañado a cargos del ayuntamiento de Madrid de altísima cualificación, gente que ya de por sí es difícil de embaucar.

No obstante, los acusados se negaron a prestar declaración al no estar presentes sus mayordomos. En principio la defensa había solicitado la comparecencia de un chambelán y la llegada bajo palio de Medina, pero ante la negativa del magistrado al cargo de caso, decidieron rebajar sus requerimientos y pedir a unos empleados subsaharianos de confianza que acudieran por ellos, aduciendo una importante regata náutica a la que no podían faltar.
Finalmente, y tras negárseles el elemental privilegio, los acusados se acogieron a su derecho de no declarar. La Fiscalía pide cuatrocientos treinta años de cárcel y una portada de HOLA en la que se cuente quiénes son estos presuntos pájaros.