
La primera ola de calor del año ya está teniendo sus primeras consecuencias sanitarias. Concepción Swivel, de 47 años, sufrió ayer un golpe de calor en Úbeda tras haberse sometido a temperaturas superiores a los 36º durante varias horas y comentarle a la gente qué buena primavera estaba viniendo.
En el momento del accidente, la víctima llevaba puesta una chaqueta de punto «por si refresca«. Momentos antes del accidente ya había tenido una agria discusión con un agricultor arruinado por la sequía. Además, varios compañeros de trabajo le habían retirado recientemente la palabra por discrepancias por el aire acondicionado. Nada más enterarse del hecho, sus hijos corrieron a asistirla, y viendo que estaba inconsciente, aprovecharon para quitarse un jersey de lana de alpaca.
Concepción, cuyo pronóstico es reservado, pertenece a los «brasacionistas», un movimiento popular entre enfermos vasculares que niega que niega la existencia de calor por encima de los treinta grados , veinte si se trata de Asturias y Cantabria.