
La ciudad de Vigo ha puesto en marcha una polémica normativa municipal por la que se sancionará con multas de 7.500 euros a los bañistas que decidan orinar en el mar. La prohibición se hace extensiva a aquellas personas que hagan de vientre en la zona de castillos de arena en la playa.
Las primeras personas que están en el punto de mira son las mujeres de edades comprendidas entre los 50 y 60 años y que acuden a refrescarse al mar sin rebasar jamás la zona abdominal.
«Están fichadísimas«, declara un socorrista en la cercana playa de Carril. «Ellas van metiéndose poco a poco, mojando con una mano el hombro contrario y un minuto más tarde salen del agua». A esta indignación se suma la periodista y experta en termodinámica Susana Griso, quien también percibe que cuando llega nadando de Islandia, la orilla está más caliente.
Hacer aguas menores no es algo privativo de las mujeres. También los hombres maduros se sirven del mar para evacuar. En este caso » se sabe porque justo antes siempre dan cuatro brazadas a espalda».
Los socorristas llevaban denunciando estas prácticas desde 2004, sin que el consistorio vigués les hiciera caso. Sin embargo no ha sido hasta el 1 de julio cuando popular alcalde Abel Caballero olio a rancio mientras supervisaba la colocación de las veraniegas luces de navidad.