
Puigdemont ha puesto las cartas sobre la mesa. Por fin el exiliado de Waterloo ha mostrado su verdadera cara, aquella en la que sus ambiciones más íntimas se han revelado.
Según fuentes cercanas a esta publicación, Puigdemont habría exigido a Pedro Sánchez un reconocimiento «de orden planetario» en el que se reconozca la complejidad culinaria del pa amb tumaca.
Al parecer, presidente en funciones es un rendido admirador del plato tradicional catalán: «Jo Com a pa amb tomàquet aproximadament unes quatre o cinc vegades al dia», declaró orgulloso ante dicho alimento esta mañana, y que desde 1977 que come pan con tomate en la intimidad. Cree que con ese gesto puede lograr un apoyo nacionalista que finalmente le abra las puertas de La Moncloa.
Según la receta del mismísimo Puigdemont, hay que abrir un pan cualquiera por la mitad, dejarlo orearse «una mica» y luego restregar sobre él medio tomate en círculos concéntricos durante exactamente 15 ó 30 segundos.
Y es que una exquisitez de tal complejidad bien vale una legislatura para los socialistas.