Se inocularía desde un avión sobre población civil
«Esta es la tierra mis antepasados desde hace siete años, y gracias a esta vacuna voy a defenderla con mi sangre». Así justifica Jacob Spielbergstein -un judío de ensortijados cabellos dorados- las vacunaciones masivas en Gaza a palestinos.

El gobierno de Israel, liderado por el ultraderechista Benjamín Netanyahu, se ha propuesto liderar la campaña de vacunación mundial contra el coronavirus con un sistema tan revolucionario como controvertido. El método consiste en inocular, desde un cazabombardero F-16, una vacuna de apariencia balística y 3.000 kg de explosivos sobre Gaza, preferiblemente sobre una población inerme de civiles. Tras la deflagración, y una vez extraídos los cascotes, el ministerio de sanidad israelí cree que la inmunidad de rebaño se alcanza prácticamente de golpe y sin necesidad de repetir dosis.
«Llevamos desde 1948 probando este sistema, y ciertamente, cada vez quedan menos palestinos expuestos a cualquier enfermedad. De hecho, se les está tatuando un número en la muñeca y se les cose en la solapa una estrella para poder hacer un mejor seguimiento. «– afirma Ihodeputh Cohen, ministro de sanidad y bombardas.
Las maniobras sanitarias están recibiendo el beneplácito de EEUU ,que no duda en apoyar la candidatura de Israel al premio Nobel de la Paz, así como al de hijoputas del año.
NOTA: La redacción de LA REALIDAD manifiesta su asco y desprecio hacia una nación inventada, que con un claro desequilibrio geoestratégico y militar a su favor, no duda en matar inocentes mientras eso suponga proteger territorios ocupados.