
Emilia H.P. fue expulsada y nombrada «persona non grata» de todo el territorio asturiano al proponer a otro comensal que compartieran un cachopo.
Los hechos ocurren cuando Emilia, madrileña, decide probar la gastronomía de provincias, por lo que eligió de la carta un cachopo de tamaño estándar (0’80 hectáreas).
Al parecer, la cliente «ya puso cara rara cuando vio les patates frites«, cuenta Favila Prendes, gerente de la sidrería «El Llambión».
Acto seguido, Emilia pidió otro plato, porque dijo que iba a compartir el cachopo con una persona amiga. Prendes, alertado de la extraña maniobra, pidió unas explicaciones que, al ser insatisfactorias, devinieron en la llamada a la policía local y posterior expulsión del Principado de la cliente.
«Cagonmimanto. Si nun puedes comer un cachopo, ¿a qué pides una ensalada pa’l medio, carapija? «, dijo un cliente habitual, testigo de la escena.
El suceso ha unido a la población asturiana en un clamor popular, al considerar que fuera de Asturias la gente «tien que morrer de fame» con las raciones tan pequeñas que se sirven en la hostelería.
Tras las pertinentes diligencias judiciales, la imputada fue puesta el libertad con cargos y escoltada hasta la boca leonesa del túnel del Negrón.