el objetivo es llegar al 80% del PIB en 2022
Aún resuena el eco de la celebración en la sede del PP tras la victoria electoral, pero Díaz Ayuso ya se ha puesto a trabajar en el nuevo modelo económico que desea para Madrid. Se trata de un decálogo de un solo punto -para que la gente no se lié al contar, según le han asesorado– y que versa sobre un profundo cambio del tejido laboral y económico. Los centros tecnológicos y empleos de alta cualificación que crecieron al albur de la burbuja tecnológica se convertirían básicamente en bares y camareros.

«Queremos un Madrid con terrazas en las calles, donde un minusválido tenga que apartar su silla de ruedas en pos del progreso, la libertad y el descojone general.» El gabinete de Ayuso estima que alrededor de esta industria y las farolas cercanas se crearían muchos empleos indirectos, «pero sobre todo muy buen rollo; que las cosas de ciencias no se entienden y las cañas sí», afirma la flamante presidenta.
Con estas medidas, Ayuso paliaría el desempleo creado por el I+D para acercarnos al gasto medio del PIB en hostelería de países de nuestro entorno, como el e al lado de Portugal o el del sur de Francia.