
La ex-portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo (en adelante CAT), ha publicado esta semana su libro «Políticamente indeseable». En él habla de los entresijos de su partido desde que entró en él bajo palio hasta nuestros días. Su contenido no ha dejado a nadie indiferente como ya anuncia el prólogo: «Mi advenimiento a Génova fue más funesto de lo deseado, no siendo aceptada como un ser luminoso y por tanto superior. Esa abracadabrante actitud me hizo más fuerte».
La ex-portavoz cuenta que todo se torció cuando acudió a la cúpula del PP -a la que califica de «infame conciábulo de infausta remembranza«- para exigir el título de cónsul de Roma así como el virreinato de Río de la Plata. «Son posiciones aciagas que no deseo a ningún noble«, recuerda CAT con impasible tristeza.
Preguntada por la situación de su partido, CAT llama a la calma. Sugiere al PP que no entre al trapo de las provocaciones aunque haya por ahí «metemierdas», ya que se trata de un partido cohesionado, fuerte y que no va a romperse por la corrupción de la caja B, el ascenso de Ayuso o patanes como Teodoro García Egea (sic).