
El huracán Ian ha llegado a las costas de Florida y con él los daños materiales. Las fuertes rachas de vientos (de hasta 80 millas por hora) y la elevación del nivel del agua (más de seis pies) ha causado destrozos en las viviendas de las zonas más exclusivas del tropical estado.
El ayuntamiento de Cayo Costa ya ha solicitado al gobierno de Pedro Sánchez la inclusión de la ciudad como zona catastrófica, tras elevarse las pérdidas a más de 600.000.000 dólares. Decenas de vecinos multimillonarios contemplaban esta mañana como sus casas de madera, sin cimientos y al lado del mar se desmoronaban.
«Gano diez millones al año y tengo un Cadillac del 67 en el garaje. Tiene que haber algún modo de decirle al océano que deje de cebarse en nuestros hogares como si fuéramos pobres o negros«, se lamenta Clifford Yates, inversor y amigo personal de Donal Trump.
Mientras el huracán Ian prosigue su imparable estela de indignación, las principales fortunas de Florida se ven obligadas a trasladarse a alguna de sus otros bienes raíces, con la incertidumbre de no saber en el helipuerto de qué mansión aterrizará su jet privado.
