La Superliga parece un hecho, dados los avances que los clubes fundadores han tomado. A esto se suma el apoyo explícito del Gobierno y el PSOE, siempre sensible a los desfavorecidos. Por eso, la naciente asociación no quiere dar un paso en falso, y eso pasa por ganarse al siempre reflexivo y sagaz aficionado futbolístico.

Florentino Pérez, presidente de la Superliga ha manifestado su deseo de que la liga de clubes multimillonarios llegue a los aficionados más humildes: «El fútbol es un crisol de tolerancia, siempre que se sea hombre, heterosexual y caucásico, por lo que no descartamos la entrada de algún club húngaro». Pérez ha añadido que «si es necesario aceptaremos a algún negrito, o a equipos sin trofeos, que podemos jugar al fútbol y echar unas risas. La gente agradece esos detalles«
Se espera que la competición se inicie una vez terminen de estamparse las nuevas camisetas de los clubes, prácticamente iguales a las que emplean en sus vulgares ligas.