
Netanyahu y el país que dirige, Israel, están mostrando un cambio de actitud, tornando de una posición beligerante y de ocupación de Palestina a otra en la que exige recompensas y premios internacionales. La Academia Sueca, que cada año entrega los Premios Nobel, recibió anoche una comunicación mediante burofax en la que exigía la inmediata entrega del Nobel de la Paz a cambio de no bombardear Estocolmo. Entre sus requerimientos argumenta que «si un negro y un indio fueron premiados, qué no recibiría un pueblo elegido por Dios y fuertemente militarizado«, refiriéndose a Nelson Mandela y Mahatma Ghandi.
La ONU aún no ha respondido a tales abusos, como viene siendo habitual desde 1948, y afirma que «Israel es una nación con padres separados, diagnosticada con síndrome de TDAH ; como adultos debemos comprender por lo que debe de estar pasando«.
La carta, escrita con numerosas faltas de ortografía, emplaza a que el galardón sea entregado con trámite de urgencia «no vaya a ponerme yo nervioso y la liemos«. Este comunicado es el segundo que Netanyahu envía a instituciones internacionales de diferentes ámbitos, después del remitido a la Academia Americana del Cine para que le sea concedido el Oscar al mejor guión adaptado.