El prestigioso periodista Álvaro Ojeda ha sido el elegido este año para recibir el prestigioso premio Polichinela 2017. El periodista y divulgador lleva ya más de dos años desempeñando una trayectoria periodística impecable, y prácticamente toda la vida diciendo todo lo que se le pasa por la cabeza. Razones no le faltan, si bien ha sido reconocido “por su labor diaria, preñada de rigor descarnado e inasequible al desaliento, acompañado de desafortunadas intervenciones no carentes de gracia”.
A través de sus reportajes nos ha mostrado el lado más desagradable de la clase media española, aun a riesgo de su propia integridad, como cuando se internó en una manifestación de obreros bolcheviques el 1º de mayo; o las estremecedoras crónicas desde calles adyacentes al madrileño barrio de Salamanca. “Allí donde otros se limitan a contrastar wikipedia, Álvaro sale a la calle, micrófono en mano y palpa la horrible sensación de la turba plebeya”, prosigue el comunicado de prensa.
El jerezano se agrega, pues, a una larga lista de periodistas ilustres, como Carlos Herrera, María Patiño o el desaparecido Antonio Herrero. De verbo ágil y firmes creencias democristianas, siempre ha gozado del cariño de la profesión y el público. Su medio natural es la calle, si bien desarrolla parte de su labor como tertuliano televisivo. Actualmente ha variado estos parámetros para dedicarse a la escritura, en un libro de relatos cortos titulado “La gente es idiota”, basado en sus crónicas y corresponsalías.
El Premio Polichinela tiene sus orígenes en las postrimerías de la inefable Segunda República, cuando se hizo necesario poner un poco de humor y sal gorda a la información. Lo que en principio comenzó siendo una tertulia entre amigos del casino de Montecarlo, allá por 1936, ha acabado siendo el galardón más relevante del periodismo patrio. La ceremonia de entrega se realizará, como de costumbre, el tercer miércoles de adviento, en el palacio de El Pardo en Madrid.