
Brasil ha caído en cuartos de final en el Mundial de Qatar (o Catar) frente a la poderosa Croacia en la tanda de penaltis. El gigante americano había depositado todas sus esperanzas e ilusiones en el campeonato de fútbol, y ahora baja los brazos falto de ilusión y objetivos en la vida.
Sin embargo, es difícil desprenderse del ritmo y la alegría que siempre acompaña a la «canarinha», por lo que los aficionados brasileños se han reunido en una céntrica plaza de Saô Paolo para bailar una samba fúnebre en lo que parece una transición hacia la samba cotidiana. Se trataría de un cántico fúnebre acompañado de prolongados lamentos, por supuesto a ritmo de tambores y preferiblemente haciendo la conga.
«Lo hacemos por respeto a los futbolistas brasileiros; a ellos también les hubiera gustado ir de fiesta«, explica Oliveira da Figueira, ministro de fútbol del país.
Si usted se encuentra en estas fechas en Brasil y ve a miles de personas bailando desaforadas y con poca ropa, no se confunda: deles el pésame y prosiga su camino.