
Juan Carlos I acudió subrepticiamente un año más a Sanxenxo para participar en las regatas náuticas que durante estos días se celebran en aguas pontevedresas.
Son muchos quienes ponen en tela de juicio su papel en una embarcación, habida cuenta de su edad y la limitación de movimientos. Sin embargo los estudios realizados por José Luis Cousteau, ingeniero naval de Zarzuela, invitan a pensar que su presencia en el Bribón no sólo es útil sino de importancia capital para la sustentación del barco: «El Bribón fue diseñado con dinero público para que Su Majestad viajara a estribor y sus testículos a babor; mermada esta capacidad, es preciso estibar la carga -tanto si es útil como si no- a estribor, y así mantener estable la singladura».
En caso de finales ajustados, la tripulación procedería a deshacerse de todo peso muerto y ganar velocidad en las ultimas viradas, afirman los expertos y amigos del rey.
Con esta ingeniosa táctica, la tripulación del Bribón cree estar en disposición de optar al triunfo de la Copa del Rey en la clase 6MRA (embarcaciones de 6 metros de eslora con realeza abordo).