EDITORIAL
Nadie duda de la utilidad de las redes sociales como elemento de comunicación pastoral y cristiana. Lo que no está tan bien es el abuso de dicha cobertura para difamar a personajes excelsos de nuestro régimen orgánico. Ese es el caso del Almirante Carrero Blanco, que, no lo olvidemos, fue presidente del Gobierno democráticamente elegido por el Caudillo.
Desde esta publicación queremos condenar, y de hecho ya se está condenando, a todos aquellos melenudos, izquierdistas y raperos podemitas que dedican sus largas horas de molicie post-burguesa a hacer del escarnio su dedicación. Por favor, dejen de decir que Franco tenía sólo un testículo, o que los curas se follan a niños. Eso, al margen de que sea cierto o no, no deja de ser una ofensa para gente que es patriota, católica y paga sus impuestos en Suiza religiosamente.