
La ciencia catalana se viste de largo con el lanzamiento de su primer satélite artificial, el «Pambtumaca 1», un proyecto largamente acariciado por el molt honorapla president Puigdemont.
El satélite, que tiene una capacidad de hasta cuatro pasajeros, cinco se se aprietan, posee una autonomía total de gobierno. Entre sus funciones se encuentra la de gritar «Madrid ens roba» cuando pasen por encima de la capital manchega, así como el transporte de material para construir una embajada de Cataluña en el asteroide Sirius U-27.
El programa espacial será financiado íntegramente con fondos procedentes de las consejerías de Sanidad, Educación y Justicia a fondo perdido.
«Es una oportunidad única para realizar el sueño de todo catalán, ver un cohete sin tener que ir a Valencia«, ha dicho Pep Gagarin, coordinador de la Agència Catalana de Naves i Ocurrències Espacials.