La empresa Cirsa, multinacional líder en el sector del juego y del ocio, se ha visto obligada a modificar su estrategia comercial debido a la pandemia provocada por el Covid -19, por lo que instalará máquinas tragaperras en los vestíbulos y zonas comunes de las comunidades de vecinos, sobre todo pensando en aquellos ciudadanos que, por padecer ludopatía, sufren el confinamiento en la soledad de sus hogares sin poder jugarse unas monedas.
Representantes de Cirsa reportan infinidad de llamadas desde el comienzo del confinamiento, no solo de los propios afectados sino también de familiares y allegados comunicando a la compañía “situaciones límite”. Juan de Dios Gutiérrez, responsable de la sección de Juego Compulsivo afirma que “los aficionados ya metían monedas en todas partes, bien tostadoras, bien otros sitios que, por decoro, no mencionaré. Unos hacen respiradores, otros mascarillas… nosotros ponemos nuestro granito de arena. Cada uno lo que puede».
No queda claro si este posicionamiento estratégico ha llegado para quedarse. Según la multinacional del juego, “depende de la viabilidad económica”. Cirsa considerará incluso potenciar su mercado de apuestas online mediante partidos de futbol y baloncesto con resultados inventados, debido a la cancelación de eventos deportivos. “La prueba piloto será un Alemania vs Brasil con Rummenige y Pelé” apunta Gutiérrez.