
De llevarse a cabo, las medidas restrictivas del Gobierno relativas al número de asistentes a las cenas de Navidad podrían dejar fuera a un gran sector, el de los cuñados que todo lo saben.
Sanidad pretende que a las reuniones familiares acudan no más de diez miembros procedentes de dos núcleos diferentes de hogares binarios convivientes anaeróbicos no veganos. Se da la circunstancia de que estás condiciones, a priori confusas y de difícil discernimiento, no serían aclaradas por un cuñado si esta figura legendaria quedará fuera de la celebración.
La ASEVERA (Asociación Española de Veteranos de la Razón) ya ha expresado su disconformidad ante la posibilidad de no mostrar su sapiencia en fechas tan señaladas. Su portavoz, Rufino Clever ha emitido una queja con la esperanza de que llegue a oídos de Pedro Sánchez: «Llevamos desde marzo viendo tutoriales de biomedicina y leyendo la revista «Lancet» para poder humillar a la familia cada vez que dé su opinión sobre el COVID-19. Queremos despellejar a Fernando Simón, concienciar sobre los okupas, las pateras, el Real Madrid, cuestionar el voto de la mujer…Si nos dejan fuera de las cenas, ¿como vamos a hacer sentencias?¿Con Pedro Pandemias, con el Coletas, con las feminazis?»
De lo que no cabe duda es que las Navidades de 2020 serán muy diferentes si no hay cuñados. Eso sí, el vino cundirá más.