
«El fútbol es así», hemos oído decir siempre, pero a veces nos sorprende para bien. La Federación Española de Fútbol, sensibilizada como siempre con los problemas de la sociedad, ha querido aportar su granito de arena para paliar la pertinaz sequía que afronta nuestro país.
Para ello, su presidente, Luis Rubiales, ha presentado un plan de contingencia en el cual propone que todos los federados, especialmente los jugadores de 1ª división, reserven sus gargajos para humedales como el de Doñana, pues, según argumenta, «un césped de fútbol ya es verde sin necesidad de más saliva«.
El sistema consistiría en almacenar los salivazos en cubetas estratégicamente colocadas a los bordes de los terrenos de juego, y que al final de cada partido serían recogidos por un Falcon para ser vertidos al parque nacional de Doñana.
El plan lleva siendo implementado con éxito en Arabia Saudita desde esta temporada. Sólo gracias a los partidos del Al-Nassr F.C., actual equipo de Cristiano Ronaldo, ha sido posible repoblar con geranios una extensión equivalente 230 campos de fútbol, nunca mejor dicho.

Según la revista «The Lancet», un futbolista medio produce 6 litros de saliva durante un encuentro -12 si corre- por lo que parece lógico que todo ese excedente hídrico sea trasvasado a las marismas de Doñana, donde los abrevaderos no se agotarán cada vez que queramos comer arándanos. Un respiro para la Junta de Andalucía y su plan de regulación de los pozos ilegales.
Hay quien se relame pensando en, por ejemplo, comer fresas con Denominación de Origen Vinicius.
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