
Leonor se hace mayor. Y qué mejor muestra de ello que ingresar en la academia militar de Zaragoza.
Sin diferencia respecto al resto de reclutas pero exenta de hacer guardia pernocta, la heredera al trono de España cumplirá su formación humanística y pacifista graduándose, al cabo de tres años, como generala y almirante de la Mar Océana.
De esta manera, la Princesa de Asturias podrá emular a su padre, siendo en pocos años poseedora de tres carreras universitarias, un titulo de FP en mecanizado y monitora de Ocio y Tiempo Libre, heredando así incluso el cariñoso apelativo de su majestad Felipe VI, «La Prepará».
Poco a poco la princesa asume responsabilidades acordes a su rango real, convirtiendo lo que podría ser una plebeya infancia en las obligaciones propias de una persona que, como su abuelo, hace cosas por la democracia.
La ministra de Defensa, Margarita Robles ha expresado con lágrimas en los ojos su satisfacción: «Es un logro de todos que doña Leonor alcance la Jefatura de las Fuerzas Armadas por méritos propios».
Por su parte, Sofía, que así se llama la otra hija de los reyes, se muestra satisfecha de que, también por méritos genéticos, su educación se base en los principios de la igualdad según el orden de nacimiento y que su hermana Leonor tenga otra formación. Círculos cercanos a la pequeña de las infantas dicen que se siente como en el cuento de El Gato con botas, donde el hijo mayor heredaba un molino, la casa y las tierras, y el más pequeño un gato.