La medida ya ha sido bautizada por los economistas como «golfoflacción»

La inflación afecta a todos, y más al ciudadano de calle, que ve cómo día a día su cesta de la compra cuesta más dinero a igualdad de cantidad.
Por eso, varias cadenas alimentarias están intentando soslayar el alza inflacionista con una innovadora medida: mantener los precios a condición de que el cliente, previo pago, no se lleve el género a su casa. Con esta solución, el sector alimentario ya está combatiendo no sólo los precios altos, sino la escasez de de abastecimiento.

« Nuestra principal preocupación es que esta coyuntura no repercuta en el cliente y, por supuesto, que la calidad final del producto sea tan buena como siempre», declara Lúcifer Santos, gerente alimentario y broker de materias primas. «Además«- añade- «contribuimos a un modo de vida saludable ya que la gente no se hace daño cargando peso».
La estrategia, que algunos economistas ya denominan «golfoflacción«, está siendo aplicada en las principales cadenas de distribución, como Mercamoña, Líder o Carreful con un alto grado de satisfacción por parte de accionistas y clientes.