
La localidad soriana de Almazán siempre ha transcurrido apaciblemente entre campos de labranza, torreznos y molicie. Sin embargo, esa tranquilidad se ha visto rota en el último año a consecuencia de la semejanza fonética de su nombre y el del gigante de la distribución Amazon. Tras el confinamiento de marzo por el COVID-19, la empresa ha incrementado su nivel de facturación tanto que han surgido inevitables fallos logísticos.
Bartolomé López Tello, alcalde pedáneo, narra con dolor e impotencia cómo a partir de la primavera empezaron a llenarse las calles del pueblo de bicicletas estáticas y moldes para hacer pan. «No podíamos ni caminar. Para ir de la plaza Guadalupe a la calle Riosalido había que salir con tiempo para evitar los atascos, no le digo más». Al margen de las molestias ocasionadas por los paquetes y las furgonetas de mensajería, la filóloga Purificación Díaz Ayuso explica la posible confusión: » El ser humano es tendente a la idiocia. Si a eso le añadimos el parecido de Almazán con los términos almacén y Amazon, y que no leen bien el remite porque son unos záforas, el misterio está resuelto«.
Por el momento nadie quiere hacerse responsable del error, que ya va para un año. Jeff Bezos, propietario de Amazon y hombre más rico del planeta, no ha querido hacer declaraciones, habida cuenta de sus archiconocidos desencuentros con la región soriana.