
Atrás quedan los años en los que en media hora que duraba el telediario se incluían las noticias, el deporte y la información meteorológica. Sin embargo, con el paso de los años, el territorio que antes fuera de Mariano Medina en exclusiva se ha ampliado poco a poco, hasta el punto de ocupar el doble de la duración de un informativo cualquiera.

Todo empezó 1990, cuando Paco Montesdeoca, daba el tiempo en TVE 1. Tras varios años en la pequeña pantalla se retiró para ejercer otras labores empresariales, junto a Charo Pascual y Mario Picazo. Lo que no podíamos imaginar es que esas labores consistieron en organizar un desembarco paulatino y progresivo de meteorólogos en la península ibérica mediante pateras, aprovechando los vientos de componente sur tan frecuentes en el estrecho de Gibraltar, así como una laxa legislación en materia de físicos inmigrantes.
La llegada de televisiones privadas y las plataformas audiovisiales encontró el terreno más que abonado para la invasión de mapas con isobaras y bajas presiones, además de hombres y mujeres del tiempo en situación ilegal. Con el tiempo, los telediarios pasaron a ser una excusa para poder dar la información meteorológica de los próximos diez días en franjas horarias. Luego se añadieron las fotos tomadas por los espectadores y finalmente las imágenes de unos señores paseando por la orilla del mar en Benidorm.
El portavoz de VOX, Javier Ortega Smith ha declarado que «los hombres del tiempo españoles son lo primero, y luego las mujeres. Están quitando el trabajo a profesionales de la prensa del corazón o el bricolaje. No lo vamos a consentir que rompan con los valores informativos tradicionales; nos tendrán enfrente».
Por su parte, espacios televisivos como «Salvame» o «Al rojo vivo» sienten que sus cuatro horas de emisión diaria están siendo amenazadas, y denuncian que han recibido misivas anónimas, tras cuya siniestra mano podría esconderse Mónica López o Marc Redondo para apoderarse de la totalidad de la parrilla televisiva.