
Hace unas semanas el número de papas vivos se redujo en un 50%. La muerte de Benedicto XVI ha dejó desconsolada a gran parte de la curia vaticana que no acaba de encontrar consuelo en la oración. Y es que el hecho de tener dos sumos pontífices les daba un toque de modernidad, tan necesario en estos tiempos de escasez de vocaciones.
Por eso un comité de sabios religiosos ha abierto un mini-cónclave para elegir al que puede ser nuevo papa emérito. «La idea es inspirarse en modelos de democracias modernas en las que este tipo de duplicidades parece que funciona, como en España, que tienen un rey que no hace nada y otro que es su padre», dice Tutto Toblerone, camarlengo en prácticas de la Santa Sede y que no descarta que sea hombre. Los candidatos, según indican, deben tener nociones de italiano, ser limpios y no remolonear para ir a misa.
Su actual Santidad, Francisco I del Vaticano y V de Alemania, ha recibido la iniciativa con ilusión y fe organizando una santa misa para conmemorar la noticia.
