Considera que veinte años en la guerra Bosnia le dan la razón

«Se murió, estaba ya muy malito«. Frases como esta se escuchan a menudo en medios de comunicación y conversaciones sobre allegados o conocidos recién fallecidos. Se trata de un eufemismo, un recurso lingüístico que la crudeza de una expresión para que no suene tan fuerte. Suave o no, lo cierto es que si le dicen que «está muy malito», échese a temblar: tiene un pie en la tumba.
Por eso, desde la Real Academia Española recomiendan a la gente que deje de expresar así las fases más difíciles de las enfermedades y digan las cosas por su nombre. De esa manera el o la convaleciente aún tiene esperanzas de salvarse

«Muy es un adverbio que indica una cantidad grande de algo, y el sufijo -ito significa que hay una cosa pequeña de algo, así que muy malito es ponzoña, perillanes. Yo recomiendo decir que tal o cual persona tiene menos futuro que la mecha de un arcabuz, que la parca le está rayando el coselete, o que las está pasando putas si usted gusta, pero nunca, nunca ser cursi», declara Arturo Pérez-Reverte, T mayúscula de la Real Academia de la Lengua.
El autor, que se encuentra estos días en Groenlandia documentándose para su próxima novela, ha dicho que le «importa tres vellones de a real» lo que piensen en la Academia, ya que se pasó veinte años de corresponsal en la guerra del Peloponeso para poder decir ahora lo que le dé la gana .