Que Puigdemont quiere ser presidente de la Generalitat no es novedad. Lo que sí resulta chocante es que sea así mientras se sube a una esfera del popular monumento belga. Las excentricidades de la deriva catalanistas no tienen límite y la de montar un show sobre el Atomium son la guinda sobre el pastel, o para ser más precisos, una avispa en las pelotas.
Las autoridades de Bruselas aún no se han manifestado, si bien el PDCAT estima que la secular simpatía del ciudadano belga medio no interfiera en la ceremmonia.
Quien sí se ha manifestado es el portavoz del PP, Raphael Hernandor quien ha calificado la iniciativa de «soberana gilipollez, a la altura de los que quieren sacar muertos de las cunetas y las mujeres que se visten como putas»
El Atomium fue inaugurado en la exposición Universal de 1958 y tiene 102 metros de altura. Todo un reto para un político al que le dan miedo la altura de miras y la Guardia Civil.