
La de hoy, 16 de marzo, es una fecha que Kimi Pang Oling difícilmente olvidará. Tiene que echar el cierre a su bazar tras diecisiete años sin haberlo hecho ni un solo instante.
Las medidas del Gobierno, que instan a clausurar negocios, también afectan a «Gran Vecino Aeropuerto», el pequeño negocio que regenta el señor Pang, natural de Wohan.
Este ejemplar empresario llegó a España dentro de un contenedor en 2003, y desde entonces no ha parado de trabajar. En todos esos años se ha casado (su testigo de boda fue un cliente) y ha tenido dos hijas, y siempre entre el hueco mostrador y los monitores de las cámaras de seguridad.
«El trabajo gustarme mucho y ser muy feris viendo crientes. No sé qué yo haser en casa todo tiempo. Gente nesesita gatos de suerte, pratos de papel, purpurina… «, se lamenta Kimi, que sigue cobrando sin descanso.
Sin embargo, ahora que se ve obligado a cerrar el negocio, afirma que siente curiosidad por saber qué es un sofá y dormir en una habitación. En pocas horas conocerá a su hija pequeña, que acaba de cumplir tres años. Y entonces ya podrá nombrarla jefa de pasillo
Show must go on.