
Se cumplen seis meses del ataque del ejército ruso a Ucrania, y desde entonces, Volodomir Zelenski sale cada día por televisión alentando al pueblo ucraniano a resistir ante la adversidad, máxime en el día de hoy, que conmemora la festividad de Nuestra Señora de Kiev.
Ataviado con una camiseta verde, sin afeitar y probablemente sin duchar, el presidente ucraniano siempre aparece de modo sencillo ante sus compatriotas como gesto de camaradería y esfuerzo con sus compatriotas.
Pero no a todos gusta este sencillo atavío. Es el caso de Encarnación Zelenski, madre del dirigente: «Le he dicho por activa y por pasiva que se cambie de camiseta, que parece que viene de recoger escombro en Zaporiyia. Y que se afeite, por Dios. No creo yo que esté reñido atender un conflicto bélico con llevar pintas decentes«.
Mientras tanto, el máximo mandatario de la OTAN, Josep Bórrell, harto de templar gaitas entre Rusia, EEUU y Ucrania, pasa unos días de vacaciones en Santander, que lo vi yo ayer mojando los pies en la playa de los Bikinis.
Un comentario
Mientras las mujeres se bañan, se visten, se maquillan y se perfuman ante una posible «invasión», los hombres todo lo contrario. Cuanto más guarretes mejor.
Y es que las mujeres son sabedoras de que las invasiones se pagan si o si.
Los hombres, no todos, prefieren ser pobres pero sucios.