
El sistema educativo español no dejan de cosechar éxitos. Apenas un año después de su implantación, la LOMLOE ya se nota, y es que durante este curso solo han repetido seis alumnos en todo el territorio nacional, lo que permite disminuir la tasa de fracaso escolar. Esto significa que en el informe PISA elaborado por la OCEDE España pase de los últimos puestos a los penúltimos en sólo dos años.
¿La razón? Diversas inspecciones educativas, aconsejadas a instancia de pedagogos y familias, han aplicado estrictos criterios de calificación que, lejos de parecerlo, aumentan el nivel educativo en varias especies de homínidos, logrando la promoción automática del alumnado.
Así, un niño de 1º de ESO podría pasar a 2º con cinco suspensos gracias a meticulosos pero favorables informes.
Dichos informes, realizados en las sesiones de evaluación, incluyen preguntas tales como «¿percibe correctamente los seres sintientes de alrededor?», «¿tiene capacidad prensil?» , «¿sabe el nombre de al menos uno de sus docentes?», «¿espera dos horas de digestión antes de entrar en clase?», y así hasta 723 preguntas. De lograr tres o más respuestas afirmativas, dicho educando pasa de curso, al considerarse que ha adquirido las competencias básicas para desenvolverse en su dormitorio.
De esta forma, España se aleja del fracaso escolar para aproximarse a la competencia curricular de dictaduras de nuestro entorno, como Singapur o Macao.